El Estrés Postraumático complejo (2)

Parte II

Las consecuencias del estrés postraumático complejo, como hemos visto, inciden en todos los aspectos de la vida del adulto que ha vivido y crecido en una familia disfuncional, de tipo narcisista especialmente. El ámbito de las relaciones en general será el más afectado, pero puede afectar al desarrollo profesional, al ámbito financiero, a la realización personal y a las relaciones sexuales.

El estrés postraumático complejo afecta, entre otras áreas, a las relaciones personales.

Otros efectos de la familia narcisista

DIFICULTAD PARA RELACIONARSE

Este es uno de los puntos más importantes del síndrome de estrés postraumático complejo, y se manifiesta en una multiplicidad de variantes. Las personas que lo padecen tienen miedo de cualquier relación íntima con otra persona, como secuela lógica de un pasado en el cual se han sentido indefensos, agredidos y abandonados.

Además de evitar las relaciones íntimas, existen otras maneras de manifestar la dificultad de relación. Una de las más comunes es la de buscar inconscientemente el mismo tipo de relación patológica que se ha experimentado con los propios padres. Esto se hace para que “salga bien esta vez”, en un intento de corregir el pasado doloroso. Naturalmente, esto es imposible y genera más dolor y más ansiedad, lo que reducirá aún más la autoestima. Este círculo se conoce, en psicoanálisis, como la compulsión de repetición.

ANSIEDAD

;¿Por qué un niño vive en estado de hipervigilancia y ansiedad? Pues porque pasa por situaciones estresantes de forma continuada y debe estar siempre alerta para soportarlas. En el caso de tener padres narcisistas o con trastorno de personalidad, la criatura ha de estar siempre pendiente de sus estados de ánimo para no enfadarles, y esto le provoca un constante estado de ansiedad.

Los niños con padres narcisistas son emocionalmente abandonados.

Los adultos con hipervigilancia creen que su estado es “normal”, y que todo el mundo vive así, constantemente vigilando que todo esté bien, pero se equivocan. De hecho, ese estado crea diversos problemas de somatización. Es decir, la tensión psíquica constante se traduce en dolencias corporales varias: bruxismo, dolores de cabeza, dolencias estomacales, insomnio, y un largo etcétera.

En algunos casos, estos problemas físicos y psíquicos se traducen en depresión. La constante ansiedad, la concepción negativa de uno misma, más la sensación de no tener escapatoria llevan a un estado de ánimo deprimido.

FOBIA SOCIAL

Las dos palabras ya dan una idea de lo que se trata: fobia o miedo/aversión a las situaciones sociales. Esto puedo llegar a ser un trastorno de la personalidad evitativa, ya que tiene diversos grados y en cada persona se puede manifestar de diferente manera. Casi siempre implica incomodidad o sentimiento de ineptitud en situaciones sociales como fiestas, o reuniones con personas que no se conocen.

Miedo a hablar en público

También se puede traducir en miedo a hablar en público, aunque sea ante un público reducido. Si en el trabajo hay que hacer alguna presentación en una reunión, por ejemplo, puede suponer una pesadilla para quien padece fobia social, y puede suponer perder el trabajo antes que enfrentarse a esa situación

Por otro lado, mucha gente que padece fobia social vive ese aislamiento incapacitante. Si se visita un foro en el cual se trate este tema (en español existe, por ejemplo, este se puede comprobar cuanta tristeza y desesperación causa esta incapacidad

Autosabotaje

El autosabotaje parece ser uno de los problemas más arraigados y difíciles de combatir en las personas que han crecido en entornos disfuncionales, por lo enterrado en el subconsciente que está, y por los años que lleva instalado en nuestros cerebros. Se trata de uno de los efectos más nocivos del estrés postraumático complejo.

Al escribir este post, me doy a mí misma varios ejemplos de autosabotaje, ya que encuentro mil razones para aplazar la escritura. Hago viajes a la nevera, tareas del hogar que “de repente” me impongo, u otras obligaciones que me invento,. También existen distracciones tontas y un largo etcétera.

UNA TENDENCIA INDETECTABLE

Este mecanismo sirve para abandonar o aplazar eternamente multitud de tareas o proyectos que me he propuesto. Desde hacer viajes que fui aplazando con varias justificaciones. hasta ofertas de trabajo que rechacé con otras explicaciones que me daba a mí misma.

Cuando lo hacía, no era consciente en absoluto, y para cada caso me fabricaba una justificación. Por ejemplo, rechacé un trabajo una vez pasé por todas las pruebas para hacerlo. Ya ni recuerdo qué me conseguí decir, porque realmente no hay nada lógico que sustente esa decisión.

Por eso es tan difícil luchar contra esta tendencia, porque lo primero que cuesta es hacerse consciente de ella. Y una vez nos hacemos conscientes, lo siguiente cuesta muchísimo más, ya que consiste en combatirla.

El perfeccionismo enfermizo es otra manifestación del estrés postraumático complejo.

PERFECCIONISMO

Si hubiera que aspirar a la perfección propia de los dioses, nadie haría nada, puesto que sería imposible. Pero los supervivientes de hogares narcisistas han incorporado con mucha frecuencia un perfeccionismo enfermizo, que les impide realizar una tarea si no creen que la vayan a ejecutar perfectamente. Este es sólo otro efecto del estrés postraumático complejo.

Ese perfeccionismo nace de la voz hipercrítica consigo mismos que incorporaron en su infancia: la voz de unas figuras paternas que solo admitían la perfección, condenando así al niño a la búsqueda de un imposible. La autoexigencia llevada a esos límites trae consigo lo que se conoce como “Síndrome del impostor”. Consiste en pensar que uno no es apto para realizar la tarea que está llevando a cabo. Por ejemplo, si se trata del trabajo que está desempeñando y por el que cobra, cree que más pronto o más tarde, todo el entorno se va a dar cuenta de su ineptitud.

SÍNDROME DEL IMPOSTOR

Este síndrome constituye justo el contrario de la confianza en uno mismo. Cuando cualquier persona va a enfrentar una tarea nueva, no sabe si la va a poder llevar a cabo correctamente, pero confía en sus capacidades para aprender y en sus propios recursos, y se lanza a ello.

La persona superviviente del narcisismo piensa al contrario: está segura de que no podrá realizar la tarea correctamente. No confía en sus propios recursos y capacidades, y solo está esperando el día en que los demás vean que es incapaz de hacerlo bien y la expongan.

Es obvio que así es muy difícil de iniciar nuevos desafíos, por lo que las personas que padecen este síndrome intentan evitar probar cosas nuevas. De hecho, evitan a toda costa hacer cambios en sus vidas o adoptar riesgos.

La siguiente característica del estrés postraumático complejo es la codependencia, y se trata en el siguiente post.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *