La enfermedad mental en adolescentes en la familia narcisista

Qué significa ser adolescente en la familia narcisista

La historia se repite una y otra vez, pero no por eso se avanza en la comprensión: un adolescente en una familia con padres narcisistas sufre una presión psicológica y emocional insoportable que suele provocar comportamientos negativos. Desde autolesiones, hasta respuestas agresivas y el comienzo de adicciones, todo sucede en esos años convulsos de la adolescencia. La enfermedad mental en adolescentes puede tener causas diversas, pero el desarrollo en un entorno narcisista es una de las más importantes.

La rabia interna no es enfermedad mental

Habitualmente, esto es lo que ocurre:

La evolución y el desarrollo emocional y físico del adolescente choca frontalmente con lo que un padre o madre narcisistas pueden tolerar. Especialmente, el adolescente se encuentra en busca de su identidad, y la va forjando a base de imitar modelos, pero también a base de enfrentarse a sus criadores y otras figuras de autoridad.

Además, ese adolescente ya viene de un maltrato a varios niveles, y de un abandono emocional completo. Por eso, se empieza a preguntar qué ha pasado con su infancia y también cuestiona a esas figuras de autoridad, ya que empieza a tener herramientas mentales para hacerlo.

La identidad del adolescente amenaza al narcisista

Cuando tienes una madre narcisista y eres mujer, la aparición física de los signos que indica el paso de niña a mujer adulta le provocan una inseguridad y una envidia que se traducirá en agresión emocional. Cuánto más bella sea esa adolescente, y cuanta más atención despierte su aspecto físico, más tratará esa madre con rasgos narcisistas de reprimir y socavar esa identidad física y sexual que aparece. ¿Cómo?

  • Cortes de pelo indeseados: una melena hermosa y llamativa provoca admiración e interés del sexo opuesto. Cortarla u ocultarla será una herramienta de la madre para que su hija no sea más guapa o deseable que ella. («Espejito, espejito, ¿quién es más hermosa que yo?»
  • Restricciones a la forma de vestir que no son culturalmente habituales: limitar las opciones de la forma de vestir o de presentarse que no sean culturalmente extendidas.
  • Restricciones a las actividades de sociolización propias de la edad y de la cultura.
  • Restricciones a la identidad sexual y al desarrollo sexual y afectivo: eso implica prohibir tener relaciones afectivas y sexuales aunque sea totalmente adecuado y esperable. Sucede en familias narcisistas y también en grupos de alto control (sectas). Un ejemplo concreto: todo tu grupo de amistades o compañeros ya mantienen relaciones sexuales y tú no has hablado con alguien que te interese afectivamente. En los casos más restrictivos, una persona joven no puede ni darse la mano ni un beso hasta que se case.

Choque de trenes

La enfermedad mental causada por un choque de trenes

La identidad que empieza a surgir en la adolescencia se va creando a partir del grupo de iguales y a partir de lo que YA NO SOMOS. Ya no somos exactamente niños, y aún no somos adultos. La familia, como grupo de socialización primero, pasa a segundo término, y los amigos y compañeros de clase ocupan un lugar más relevante. Ante todo, nuestra individualidad empieza a emerger, con dudas y tropezones.

Pero, y es un gran pero, ahí está el padre o la madre narcisistas (o ambos a la vez) para impedir eso. Y la forma de controlar y reprimir la aparición de la individualidad suele ser feroz, de forma que causa en el adolescente una enorme tensión interna. Lo recuerdo perfectamente: yo estaba perpleja en mi adolescencia, ya que no comprendía POR QUÉ MIS PADRES ME ODIABAN TAN INTENSAMENTE.

De esa dificultad y el resto de tensiones causadas por los cambios corporales, psicológicos y emocionales puede surgir, en muchos casos, la enfermedad mental en los adolescentes, en forma de depresión o ansiedad. Se trata de una respuesta a un entorno muy hostil.

Obviamente, no es una respuesta óptima. Pero igual que un niño de siete años no tiene herramientas aún para enfrentarse al trauma, el o la adolescente dispone de pocos recursos todavía para la presión que recibe.

Ya no me tratarás mal

Una característica que aparece con los cambios de la adolescencia es la rabia interna, la capacidad de expresar ira cuando pisan los límites internos. Y ese es el recurso que más usa el/la adolescente para intentar defenderse de las agresiones del entorno familiar y también del entorno escolar y social.

Lo usa mientras se atreve, mientras puede, hasta que la tensión interna llega a ser tan intensa que causa algún tipo de conducta perjudicial. Desde perder el control abusando de sustancias, hasta autolesionarse, dejar de comer y, en los peores casos, llegar al suicidio. Existen más causas que conducen a esa decisión extrema, no se debe simplificar. El bullying o acoso escolar, el cyberbullying y otros tipos de enfermedad mental también tienen un papel muy importante, obviamente.

¿Cómo se puede frenar la enfermedad mental en los adolescentes que se crían en un entorno disfuncional, hostil hacia ellos?

Lo veremos en los siguientes posts, pero lo primero es, sin duda, comprender la realidad de lo que ocurre. No usar etiquetas que siguen enjaulando a esos adolescentes que sufren, que sirven para atontarlos, acallarlos, someterlos.

Es difícil, pero la sociedad y sus sistemas de salud y bienestar debería encontrar mejores respuestas.

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